Tumores hepáticos pediátricos
Al igual que los adultos, los tumores hepáticos secundarios en los niños son más comunes que los tumores hepáticos primarios. Las neoplasias hepáticas primarias representan del 1,2% al 5% de los tumores pediátricos, los más comunes son el hepatoblastoma y el carcinoma hepatocelular. Los tumores benignos son principalmente hemangioma, hamartoma y teratoma. El hepatoblastoma es más común que el carcinoma hepatocelular, y casi todos ocurren en niños antes de la edad de 5 años. Alrededor del 50% de los pacientes son menores de 18 meses. Los niños son más comunes que las niñas, especialmente el carcinoma hepatocelular, hombre a mujer es 2: 1. La edad pico de desarrollar carcinoma hepatocelular es de 10 a 14 años. Al igual que el nefroblastoma, las malformaciones congénitas como la hipertrofia de las extremidades inferiores y los hemangiomas extensos pueden complicarse por neoplasias hepáticas. En el mismo paciente pueden aparecer tumores hepáticos y nefroblastomas. Hepatoblastoma y carcinoma hepatocelular han sido reportados en gemelos. Casi todos los hepatoblastomas ocurren en el hígado normal, y el carcinoma hepatocelular pediátrico a menudo se acompaña de cirrosis o lesiones originales del parénquima hepático. Las neoplasias malignas del hígado, como la cirrosis secundaria a atresia biliar y la hepatitis de células gigantes, han aumentado. Además, se han informado tumores hepáticos en pacientes tratados con andrógenos por anemia aplásica congénita (anemia de Fanconis). Si los niños con crominopatía hereditaria crónica sobreviven hasta aproximadamente los 2 años de edad, el riesgo de desarrollar carcinoma hepatocelular puede alcanzar el 40%.
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