Trastorno de reflujo venoso orbitario

Los tubos venosos sistémicos transportan la sangre de regreso a la aurícula derecha. El volumen de sangre del sistema venoso sistémico es grande y representa más de la mitad de la sangre total. Las venas se expanden y contraen fácilmente, por lo que juegan un papel en el almacenamiento de sangre. La contracción y relajación de las venas puede regular eficazmente el volumen sanguíneo de retorno y el gasto cardíaco, de modo que la función de circulación puede adaptarse a las necesidades del cuerpo en varios estados fisiológicos. La fuerza básica del retorno venoso es la diferencia de presión entre la vena pequeña (también conocida como vena periférica) y la vena cava o aurícula derecha (también conocida como vena central). La presión venosa elevada o la presión vena cava disminuida son beneficiosas para el retorno venoso. Debido a que la pared del tubo venoso es delgada y la presión venosa es baja, el retorno venoso también se ve afectado por fuerzas externas como el efecto de compresión de la contracción muscular, el movimiento de la respiración, la gravedad, etc. Cuando los factores anteriores impiden el retorno venoso, el cuerpo mostrará diversas manifestaciones. Los trastornos de reflujo venoso intraorbitario a largo plazo también pueden ser seguidos por glaucoma de ángulo abierto, que produce una disminución de la visión y defectos del campo visual.

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